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Colorantes naturales para cremas caseras
Si quieres colorear tus cremas y mascarillas caseras de manera completamente natural, te proponemos que eches un vistazo a los productos de esta sección. Aquí encontrarás colorantes naturales para cremas. Se venden en polvo, en envases de diferentes formatos, y todos tienen algo en común: se extraen de manera 100% natural, en su mayoría, de vegetales.
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Colorantes naturales para cremas
Si quieres colorear tus cremas y mascarillas caseras de manera completamente natural, te proponemos que eches un vistazo a los productos de esta sección. Aquí encontrarás colorantes naturales para cremas. Se venden en polvo, en envases de diferentes formatos, y todos tienen algo en común: se extraen de manera 100% natural, en su mayoría, de vegetales.
Todos estos colorantes naturales son solubles en agua, por eso se pueden incorporar sin problemas a elaboraciones cosméticas que tengan fase acuosa, como es el caso de las cremas o las mascarillas. A la hora de añadirlos a tus preparados caseros es recomendable echar unas gotas de agua desmineraliza en un mortero y añadir una pizca de colorante natural en polvo. Se machaca bien para conseguir una masa compacta y para romper la partícula de color. Así evitarás que queden grumos y conseguirás un tono más vivo e intenso.
Cuando se prepara una crema natural de forma casera y artesanal el colorante se añade al final de la formulación, cuando el preparado está acabado. Solo hay que incorporar la mezcla que hemos hecho en el mortero y remover bien para que toda la crema se impregne del color. Si la crema la hemos preparado desde cero, los colorantes se añaden a la emulsión en frío, ya que son sensibles y podrían perder intensidad. Los colorantes naturales son inocuos y tienen grado cosmético. ¡Sin duda, un valor añadido para todos aquellos que os declaráis amantes de lo natural!
En esta sección encontrarás colorante verde obtenido de la clorofila, de la espinaca o del alga espirulina. También contamos con diferentes tonos de amarillo, que se extraen de la cúrcuma o de la fermentación de un hongo. Mientras, los morados se consiguen de la remolacha, de la uva y de la concentración del zumo de zanahorias. Por último, el rojo y el rosa provienen del insecto cochinilla.