Cómo preparar un Kit de Supervivencia Urbana de 72 horas: recomendaciones esenciales

Tras lo ocurrido estos días, en Gran Velada nos planteamos si debíamos o no hacer un post como este.
No queríamos caer en alarmismos ni aprovechar una situación complicada, sino aportar algo que de verdad pudiera ser útil.

Finalmente, tras analizarlo todo en equipo y recordar todo lo que hemos vivido en los últimos años —pandemia, apagones, Filomena, DANAs—, llegamos a una conclusión muy sencilla:
hemos aprendido, y queríamos compartirlo con vosotros.

Tener un pequeño kit de emergencia preparado no es cuestión de miedo, sino de previsión y cuidado.
Y no lo decimos solo nosotros: desde la Comisión Europea y distintos gobiernos, como el de Francia o Países Bajos, ya se está recomendando que todos los hogares cuenten con un pequeño equipo básico que permita ser autosuficientes durante al menos 72 horas.

Entre los elementos que se sugieren figuran agua potable, alimentos no perecederos, linternas, radios a pilas, dinero en efectivo, medicamentos, artículos de higiene y material de primeros auxilios.

Al ver algunos kits de emergencia disponibles, hemos notado que muchos se parecen más a equipos diseñados para sobrevivir en una isla remota o para situaciones de guerra.
Por suerte, esa no es nuestra realidad.
Vivimos en ciudades, con servicios, infraestructuras y un contexto seguro, aunque puntualmente puedan fallar.
Por eso, el kit que proponemos hoy está pensado para la vida urbana, para dar respuesta de forma práctica, cómoda y realista a esos momentos de desconexión o interrupción de suministros.

Hoy queremos mostraros cómo organizar vuestra propia Mochila Urbana de 72 horas, con ideas sencillas y con la filosofía DIY que forma parte de nuestro día a día en Gran Velada.

¿Qué es realmente una mochila de emergencia urbana?

Cuando hablamos de preparar una «mochila» de 72 horas, no nos referimos necesariamente a tener que abandonar nuestras casas o salir corriendo.
En nuestro contexto, salvo situaciones muy excepcionales como algunas DANAs o evacuaciones puntuales, lo normal es que podamos permanecer en casa o en un lugar seguro.

Por eso, aquí la mochila es más un concepto que un objeto literal.
Se trata de tener organizado y accesible un conjunto básico de recursos que nos permita mantenernos seguros, cómodos y autosuficientes durante 48-72 horas si fallan los suministros habituales.

Da igual si está guardada en una mochila real, en una caja, en un armario o en una bolsa: lo importante es que exista.
Que esté pensada, revisada y preparada para que, cuando haga falta, no tengas que improvisar.

Más que una mochila, es un pequeño plan de tranquilidad.

¿Qué debe contener un kit de emergencia urbano de 72 horas?

Organizar un pequeño kit de emergencia no tiene por qué ser complicado. Basta con cubrir de forma práctica las necesidades básicas que pueden surgir si, durante uno o dos días, fallan los suministros habituales: luz, agua, transporte o comunicaciones.

Este sería el contenido mínimo recomendado para una Mochila Urbana de 72 horas:

Agua potable

El agua es uno de los elementos más importantes que debes asegurar en tu mochila de emergencia. Se recomienda disponer de un mínimo de 5 litros por persona para cubrir las necesidades básicas durante tres días, tanto para beber como para higiene personal.

La mejor forma de garantizar este recurso es mantener siempre un pequeño stock de agua embotellada reservado exclusivamente para emergencias.
Esto significa que debes comprar una cantidad específica y no consumirla en el día a día, dejando claro que forma parte de tu kit de preparación.
Cuando alguna botella alcance su fecha de caducidad o necesites rotarla, simplemente la consumes y repones por una nueva, asegurando que siempre tienes tu reserva actualizada.

Este mismo sistema lo aplicaremos también a los alimentos de emergencia:
no se trata de acumular productos durante años, sino de rotar y reponer para que el kit esté siempre en condiciones óptimas si llega a ser necesario.

Además, puedes complementar el stock básico con pastillas potabilizadoras, como medida de respaldo si en algún momento necesitas tratar agua procedente de otras fuentes.

Alimentación ligera

La alimentación es otro pilar básico en tu mochila urbana de 72 horas.
Debes incluir productos que aporten energía, no requieran cocinado y se conserven bien sin necesidad de refrigeración.

La recomendación principal es mantener un pequeño stock de alimentos no perecederos reservado exclusivamente para emergencias, al igual que con el agua.
Esto implica que debes comprar y almacenar productos pensados para el kit, sin consumirlos habitualmente, y reponerlos periódicamente para que siempre estén en buen estado.

Algunos ejemplos perfectos para este tipo de kit son las barritas energéticas, los frutos secos envasados y las latas de comida listas para consumir, como atún, sardinas o patés.
Otra opción muy práctica son los alimentos liofilizados o deshidratados, como sopas instantáneas, purés o platos preparados, que ocupan poco espacio y solo requieren un poco de agua caliente para ser consumidos.

La clave está en rotar el stock: consume aquellos alimentos que estén próximos a caducar y reemplázalos por nuevos, de manera que tu kit se mantenga siempre actualizado y operativo.

Dinero en efectivo

  • Llevar siempre algo de efectivo en billetes pequeños.

Durante un apagón o un corte de suministro, los pagos electrónicos pueden dejar de funcionar y los cajeros automáticos también pueden verse afectados.

Lo hemos visto de cerca: quien escribe estas líneas fue una de las personas que, durante el gran apagón, estaba viajando a Madrid y cuendo llegué, me encontré con muchas tiendas abiertas, en las que sin efectivo, no me vendieron y acabe pasando horas sin poder comprar ni siquiera algo de comer.
Por eso insistimos: llevar algo de efectivo puede parecer innecesario en la vida diaria, pero en situaciones como esta marca una gran diferencia.

Iluminación

Contar con una fuente de luz fiable es fundamental para moverse con seguridad si falla el suministro eléctrico.
La opción más práctica para una mochila de emergencia urbana es incluir una linterna de dinamo o solar, que no dependa de pilas ni baterías externas.
De esta forma, siempre tendrás acceso a luz simplemente accionando una manivela o aprovechando la energía del sol.

Como complemento opcional, también es muy útil tener a mano velas de emergencia caseras, preparadas en recipientes resistentes al calor y estables.
Este tipo de velas pueden proporcionar una iluminación suave durante varias horas, ayudando a crear un ambiente más seguro y llevadero en situaciones de oscuridad prolongada.

Más adelante te mostraremos cómo puedes elaborar tus propias velas de emergencia de forma rápida y sencilla, utilizando materiales básicos y sin necesidad de calor ni electricidad.

Asegúrate de guardar tanto la linterna como las velas en un lugar accesible dentro de tu mochila, para poder localizarlas fácilmente en caso de necesidad.

Batería externa para el móvil

Poder mantener el teléfono operativo en una situación de emergencia es mucho más que una cuestión de comodidad: es una herramienta vital para avisar a nuestra familia y seres queridos de que estamos bien, comunicarnos en caso de necesidad y recibir información actualizada sobre lo que está ocurriendo.

Por eso, es fundamental llevar en el kit al menos una batería externa (powerbank) cargada y su cable de carga compatible.
De esta forma, te aseguras varias recargas adicionales del móvil sin depender de puntos de suministro eléctrico.

Un consejo práctico en estas situaciones es activar el modo de bajo consumo de tu teléfono, disponible en la mayoría de modelos.
Reduciendo el brillo de la pantalla, cerrando aplicaciones en segundo plano y limitando la conexión de datos móviles, podrás extender significativamente la autonomía de tu dispositivo.

Una powerbank de capacidad media o alta, junto con un uso responsable del móvil, puede marcar la diferencia entre pasar 72 horas desconectado o estar informado y en contacto en todo momento.

Radio portátil

Cuando las redes móviles y el acceso a internet fallan, disponer de una radio portátil puede convertirse en una herramienta muy valiosa para mantenerse informado.
La radio permite recibir noticias oficiales, alertas de protección civil y comunicados importantes cuando otros canales de información no están disponibles.

Si ya tienes en casa una radio clásica a pilas, es un excelente recurso que puedes reservar para tu kit de emergencia.
Asegúrate de que funcione correctamente y de incluir un pequeño paquete de pilas de repuesto junto a ella.

Si no dispones de ninguna, te recomendamos adquirir una radio de dinamo o solar.
Este tipo de radios no dependen de baterías convencionales, ya que puedes recargarlas manualmente girando una manivela o utilizando la energía solar, lo que las convierte en una opción especialmente fiable en situaciones de larga duración.

Una radio portátil, sencilla pero operativa, puede marcar la diferencia a la hora de mantener la calma, seguir las instrucciones adecuadas y adaptarte a la evolución de la situación.

Documentación y comunicación

En situaciones de emergencia, no siempre podemos depender del móvil o de otros dispositivos digitales para acceder a nuestra información personal.
Por eso, es muy recomendable incluir en tu mochila una pequeña carpeta o sobre con copias impresas del DNI, la tarjeta sanitaria y los datos de contacto de emergencia.

Junto a esta documentación, también conviene llevar una libreta pequeña y un bolígrafo.
Contar con papel y algo para escribir te permitirá anotar direcciones, teléfonos o indicaciones importantes si te ves obligado a desplazarte o comunicarte sin acceso electrónico.

Tener esta información accesible y en formato físico puede ahorrarte muchos problemas en un momento de desconexión digital, y te ayudará a mantener la calma y actuar con más seguridad.

Ropa de recambio

En una situación de emergencia, mantenerse seco y abrigado puede marcar una gran diferencia en el bienestar físico y anímico.
Por eso, es recomendable incluir en tu mochila al menos una muda de ropa interior limpia y un par de calcetines secos.
Estos elementos básicos te permitirán cambiarte si te mojas o simplemente para mantener una mínima sensación de confort.

También es aconsejable añadir una prenda de abrigo ligera y compacta, como una sudadera, un forro polar o un cortavientos.
Aunque te encuentres en una ciudad o dentro de un edificio, los cambios de temperatura pueden ser notables, especialmente por la noche o en invierno, y contar con una capa extra puede ayudarte a prevenir molestias o enfriamientos innecesarios.

La idea es sencilla: estar lo más cómodo y protegido posible durante esas horas de espera hasta que la situación se normalice.

Manta térmica

Una manta térmica es uno de esos elementos sencillos, económicos y ligeros que pueden marcar la diferencia en una situación de emergencia.
Ocupando apenas el espacio de un paquete pequeño, ofrece una gran capacidad de aislamiento térmico, ayudándote a mantener el calor corporal en caso de frío o bajada de temperatura.

Aunque habitualmente la asociamos a rescates en montaña o accidentes, en un entorno urbano puede ser igual de útil: durante un corte de calefacción, una espera prolongada en el exterior o simplemente para reforzar la protección mientras se solucionan los problemas de suministro.

Por su bajo coste y su peso mínimo, incluir una manta térmica en tu mochila de 72 horas es una de las decisiones más prácticas que puedes tomar.

Higiene personal básica

Mantener una mínima higiene personal durante una situación de emergencia no solo es importante desde el punto de vista físico, sino también anímico: ayuda a conservar la sensación de normalidad y bienestar.

Para ello, es recomendable incluir en la mochila un pequeño kit de higiene que cubra distintas necesidades.
Por un lado, un gel hidroalcohólico resulta fundamental para desinfectar las manos en momentos en los que no se tenga acceso fácil a agua y jabón.
Por otro lado, un jabón sólido aporta una higiene más completa: permite lavarse manos y cuerpo, y en caso necesario, incluso lavar una muda de ropa interior a mano.

Además, conviene añadir un cepillo de dientes y un envase pequeño de pasta dental para poder mantener la higiene bucal durante esos días, así como papel higiénico o un paquete de pañuelos, que son fáciles de transportar y versátiles para distintos usos.

En el caso de mujeres, también es importante incluir los productos de higiene femenina habituales, como compresas, tampones o copa menstrual.

Con este pequeño kit básico, es posible mantener un mínimo de limpieza y comodidad personal, que ayudará a sobrellevar la situación de una forma mucho más llevadera.

Botiquín básico

Contar con un pequeño botiquín puede ser de gran ayuda para resolver pequeños accidentes o molestias que puedan surgir durante una situación de emergencia.
No se trata de montar un botiquín profesional, sino de disponer de lo esencial para curar heridas leves o aliviar dolencias comunes.

En tu mochila no debería faltar un mínimo de tiritas, vendas, algún antiséptico para limpiar heridas, analgésicos de uso habitual y un par de guantes de látex o nitrilo, que pueden ser muy útiles para atender a otras personas o protegerte a ti mismo en caso necesario.

Medicación personal

Además, si tomas medicación personal imprescindible, es importante incluir una pequeña reserva suficiente para varios días, junto con una nota o receta médica que facilite su identificación en caso de necesidad.

Un botiquín sencillo, pero bien pensado, puede marcar la diferencia entre pasar un contratiempo sin más o que un pequeño problema se complique innecesariamente.

Orientación: mapas y referencias físicas

Hoy en día, casi todos confiamos plenamente en nuestros móviles para guiarnos de un sitio a otro. Pero te proponemos una pequeña reflexión:
¿Serías capaz de llegar a la calle X de tu propia ciudad sin utilizar el GPS?

Estamos tan acostumbrados a depender de la tecnología que, si en un momento crítico el móvil se queda sin batería o las redes fallan, podríamos sentirnos completamente desorientados.

Por eso, dentro de un kit de emergencia urbana, es muy recomendable incluir un pequeño mapa físico de tu ciudad o zona habitual.
No necesitas comprar un mapa específico: puedes imprimir desde Google Maps o servicios similares un plano sencillo, marcando puntos clave como hospitales, estaciones, comisarías o lugares de referencia seguros.

Contar con un mapa en papel puede ayudarte a orientarte, comunicar tu ubicación y desplazarte con más seguridad si no puedes confiar en tu dispositivo móvil.

Cuando más lo necesitas, a veces lo más sencillo sigue siendo lo más eficaz.

Otros elementos útiles

  • Silbato de emergencia.
  • Mechero o cerillas resistentes al agua.
  • Bolsas zip para proteger documentación o alimentos.

Detalles sencillos que pueden resultar muy útiles en determinados momentos.

¿Qué debes tener en cuenta si hay niños en casa?

Si en tu familia hay niños pequeños, es importante adaptar el kit de emergencia pensando en sus necesidades específicas.
No solo se trata de cubrir lo básico, sino también de ayudarles a sentirse seguros y tranquilos en un entorno que, para ellos, puede resultar desconcertante.

Productos de higiene infantil

  • Toallitas húmedas caseras o biodegradables.
  • Pañales, si son necesarios.
  • Crema para rozaduras o irritaciones.

Alimentación especial

  • Snacks que les gusten: galletas, chocolatinas, barritas suaves.
  • Biberones, leche en polvo o potitos si son bebés.

Entretenimiento

  • Pequeños juegos, libretas para dibujar o libros de lectura.
  • Un muñeco o peluche especial que les aporte consuelo.

Medicación específica

  • Medicación habitual y copia de recetas médicas.

Plan familiar y punto de encuentro

Más allá de los objetos que incluimos en una mochila de emergencia, es fundamental tener un plan de actuación acordado con la familia.
Saber qué hacer si hay que salir de casa, a dónde ir, cómo desplazarse o cómo comunicarse puede ahorrar confusión, estrés y momentos críticos.

Lo ideal es establecer con antelación:

Un punto de encuentro común.
Piensa en un lugar cercano, fácil de identificar y al que todos los miembros de la familia puedan llegar incluso sin móvil o sin medios de transporte.
Puede ser una plaza, una farmacia de guardia, una estación o incluso la casa de un familiar o vecino de confianza.
Lo importante es que todos sepáis que, si pasa algo y no hay forma de comunicarse, ese será el lugar donde reencontrarse.

Un plan básico de evacuación.
Consiste en decidir, con calma y de antemano, cómo actuar si hay que abandonar la casa:
qué ruta seguir, si hay un sitio seguro al que ir, cómo saldríamos en caso de corte de calles o transporte, y qué llevaríamos con nosotros.
Si vives en un edificio, también conviene saber dónde están las salidas de emergencia y si existe algún punto de reunión definido en la comunidad.

Un sistema alternativo de comunicación.
Por si se interrumpen las líneas telefónicas o internet, podéis acordar estrategias sencillas:
dejar notas visibles en casa, contactar con un familiar fuera de la ciudad como punto de enlace, o establecer un horario para intentar comunicarse.
No se trata de tener una solución perfecta, sino de que todos sepáis qué hacer si los móviles no funcionan.

Tener este tipo de detalles hablados de antemano, aunque parezcan pequeños, puede marcar una gran diferencia si se produce una situación inesperada.

¿Por qué merece la pena tener un kit de emergencia?

Lo ideal sería poder preparar un kit completo, con todos los elementos que hemos mencionado.
Tener a mano agua, alimentos, luz, higiene, documentación y primeros auxilios supone estar verdaderamente preparado para afrontar con tranquilidad cualquier imprevisto.

Pero si algo queremos transmitirte con esta publicación es que no hace falta hacerlo todo de golpe ni esperar a tenerlo todo perfecto.
Incluso disponer de algunos de estos elementos ya será una mejora importante frente a no tener nada.

Nuestra intención no es alarmar, sino invitarte a hacer una pequeña reflexión: pensar en lo que tienes preparado y en lo que podrías mejorar, poco a poco, a tu ritmo.

Y, por supuesto, nuestro deseo es que ojalá nunca tengas que usar este kit.
Pero si llegara el momento, sabrás que te has cuidado, has pensado en ti y en los tuyos, y estarás mejor preparado para afrontarlo.

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