Diferencias entre aceite esencial y esencia aromática

Descubre cuáles son las principales diferencias entre aceite esencial y esencia aromática, de esta forma sabrás cuál es mejor usar para cada elaboración. Te explicamos qué es cada producto y en qué se diferencian. ¡No pierdas detalle!

Una duda muy común a la hora de hacer algunas elaboraciones en casa es cuáles son las diferencias entre aceite esencial y esencia aromática. Y es que no siempre está claro qué es cada producto y para qué se usan. ¡Sigue leyendo y encontrarás toda la información!

Diferencias entre Aceite Esencial y Esencia Aromática

Cuando se trata de realizar productos caseros como velas, jabones, ambientadores o cosméticos, surge una pregunta común: ¿debería utilizar aceites esenciales o esencias aromáticas? Aunque ambos productos cumplen la función de perfumar, sus características, usos y beneficios son muy distintos. Es esencial comprender estas diferencias para elegir el producto adecuado según el objetivo que tengas en mente.

Los aceites esenciales y las esencias aromáticas son ingredientes muy utilizados en la cosmética casera y en la elaboración de productos para el hogar. A simple vista, puede parecer que son lo mismo, ya que ambos aportan aroma, pero en realidad se diferencian en varios aspectos fundamentales, como su origen, proceso de fabricación, propiedades y aplicaciones. Entender estas diferencias te ayudará a sacar el máximo partido a cada uno de estos ingredientes y a utilizarlos de la forma más adecuada para cada tipo de proyecto.

¿Qué es un Aceite Esencial?

Los aceites esenciales son sustancias naturales que se extraen de plantas, flores, frutas y cortezas a través de procesos de destilación al vapor, prensado o, en algunos casos, mediante solventes. Cada planta contiene una serie de compuestos volátiles que, al ser extraídos, se concentran en forma de aceite. Estos aceites contienen tanto el aroma como las propiedades terapéuticas y medicinales de la planta de origen. Esto significa que, además de proporcionar un perfume natural, los aceites esenciales aportan una serie de beneficios adicionales para el cuerpo y la mente.

La destilación al vapor es el método más común para obtener aceites esenciales de las flores y plantas. Este proceso consiste en hacer pasar vapor de agua a través de la materia vegetal, lo que provoca que los aceites se evaporen junto con el vapor. Luego, este vapor se enfría, y los aceites se separan del agua para obtener el aceite esencial puro. Es un proceso costoso, ya que la cantidad de aceite que se puede extraer es mínima en comparación con la cantidad de materia prima utilizada. Por ejemplo, para obtener un kilo de aceite esencial de lavanda, se necesitan alrededor de 200 kilos de flores frescas.

Otro método de extracción es el prensado en frío, que se usa principalmente para extraer aceites esenciales de las cáscaras de frutas cítricas como naranjas, limones o pomelos. Este proceso consiste en comprimir mecánicamente la cáscara de la fruta para liberar el aceite. Aunque es más sencillo y económico que la destilación al vapor, también requiere grandes cantidades de materia prima. Los aceites esenciales obtenidos por prensado en frío suelen ser muy frescos y potentes, pero tienden a oxidarse más rápidamente que otros aceites.

En algunos casos, especialmente para flores delicadas como el jazmín o la rosa, se utiliza la extracción con solventes. Este método permite obtener el aceite sin exponer la materia prima a altas temperaturas, lo que preserva mejor sus propiedades aromáticas. Sin embargo, el uso de solventes plantea preocupaciones, ya que pueden quedar residuos químicos en el aceite. Por ello, es fundamental asegurarse de que los aceites esenciales obtenidos por este método hayan sido correctamente purificados y cumplan con los estándares de calidad.

Cada aceite esencial tiene propiedades únicas que van más allá de su aroma. Por ejemplo, el aceite esencial de lavanda es conocido por su capacidad para relajar y calmar el sistema nervioso, mientras que el aceite de eucalipto es excelente para despejar las vías respiratorias y combatir infecciones. El aceite de árbol de té tiene potentes propiedades antimicrobianas, lo que lo hace ideal para tratar problemas de la piel como el acné. La menta, por su parte, tiene un efecto refrescante y estimulante que ayuda a mejorar la concentración y reducir la fatiga.

En cosmética, los aceites esenciales se usan por sus beneficios tanto para la piel como para el cabello. Algunos aceites tienen propiedades antisépticas o antiinflamatorias que pueden ser útiles en el tratamiento de problemas cutáneos como el eccema o las irritaciones. Otros aceites, como el de rosa mosqueta, son conocidos por su capacidad para regenerar la piel, reducir cicatrices y atenuar las manchas. En el caso del cabello, los aceites esenciales pueden ayudar a fortalecer el cuero cabelludo, combatir la caspa o estimular el crecimiento del pelo.

Aparte de su uso en cosmética, los aceites esenciales son muy valorados en aromaterapia, una disciplina que emplea los aromas para influir en el estado emocional y físico de las personas. En aromaterapia, los aceites esenciales se difunden en el aire mediante difusores o se diluyen en aceites portadores para masajes. Los aromas cítricos como la naranja o el limón son energizantes y ayudan a combatir la fatiga mental, mientras que los aceites esenciales como el incienso o la mirra son usados para promover la meditación y la introspección.

Dado que los aceites esenciales son extremadamente concentrados, es importante utilizarlos con precaución. Nunca se deben aplicar directamente sobre la piel sin diluir, ya que pueden causar irritaciones o reacciones alérgicas. Para su uso tópico, siempre deben mezclarse con un aceite portador como el de almendra, jojoba o coco. Además, es crucial seguir las recomendaciones del fabricante respecto a las dosis, ya que cada aceite tiene un porcentaje de uso adecuado dependiendo de su potencia y las características del producto final.

¿Qué es una Esencia Aromática?

Las esencias aromáticas son productos sintéticos o semisintéticos que se elaboran en laboratorios especializados para recrear una gran variedad de aromas. A diferencia de los aceites esenciales, que son totalmente naturales y contienen principios activos, las esencias aromáticas se crean combinando ingredientes de origen natural y sintético. El objetivo principal de las esencias es reproducir un aroma específico, ya sea natural o una mezcla artificial, y su único propósito es perfumar.

Una de las principales ventajas de las esencias aromáticas es la posibilidad de crear fragancias que no se pueden obtener directamente de la naturaleza. Por ejemplo, es imposible extraer un aceite esencial que huela a gominola o a mojito, pero estas fragancias pueden ser recreadas de manera artificial utilizando esencias aromáticas. Esto amplía enormemente las posibilidades para los artesanos y fabricantes de cosméticos, ya que les permite experimentar con una amplia gama de aromas que van más allá de los aceites esenciales disponibles en la naturaleza.

A diferencia de los aceites esenciales, las esencias aromáticas no tienen propiedades terapéuticas ni beneficios para la piel o el cabello. Su único fin es proporcionar una fragancia atractiva. Esto las convierte en una opción ideal para productos como velas perfumadas, ambientadores, jabones y cosméticos donde el objetivo principal es conseguir un aroma duradero y agradable. Al estar compuestas de ingredientes sintéticos, las esencias aromáticas suelen ser más accesibles económicamente que los aceites esenciales, lo que permite utilizarlas en mayores cantidades sin disparar los costes de producción.

La gama de fragancias que se pueden obtener con esencias aromáticas es prácticamente infinita. Existen esencias con aromas clásicos como la vainilla, el coco o la lavanda, pero también hay combinaciones más innovadoras y originales como «champagne con fresa» o «palomitas de maíz». Esto hace que las esencias sean una opción muy atractiva para quienes buscan experimentar con fragancias únicas y personalizadas.

Al igual que con los aceites esenciales, es importante seguir las indicaciones del fabricante respecto a las dosis de uso de las esencias aromáticas. Aunque no son tan concentradas como los aceites esenciales, es crucial utilizarlas en las proporciones adecuadas para garantizar que el producto final tenga un aroma equilibrado y agradable. En general, la dosis de las esencias aromáticas es mayor que la de los aceites esenciales, ya que su potencia es menor.

Diferencias clave entre Aceites Esenciales y Esencias Aromáticas

Una de las principales diferencias entre los aceites esenciales y las esencias aromáticas es su origen. Los aceites esenciales son naturales y se extraen directamente de plantas y frutos mediante procesos físicos, mientras que las esencias aromáticas son creadas en laboratorios combinando ingredientes naturales y sintéticos. Esto también afecta sus propiedades. Mientras que los aceites esenciales tienen principios activos que aportan beneficios tanto cosméticos como terapéuticos, las esencias aromáticas no ofrecen ningún beneficio más allá del aroma.

Otra diferencia significativa es el precio. Debido a los procesos laboriosos de extracción y la gran cantidad de materia prima necesaria, los aceites esenciales suelen ser más caros que las esencias aromáticas. Además, la gama de aceites esenciales disponibles es mucho más limitada, ya que solo pueden extraerse de ciertas plantas. Por otro lado, las esencias aromáticas ofrecen una variedad mucho más amplia de fragancias, incluyendo aromas que no existen en la naturaleza.

Por último, en cuanto a la concentración y el uso, los aceites esenciales son mucho más potentes y requieren dosis más bajas para obtener resultados. Sin embargo, al ser tan concentrados, también requieren un manejo más cuidadoso, ya que pueden ser irritantes si se usan sin diluir. Las esencias aromáticas, por su parte, son más suaves y suelen requerir una mayor cantidad para lograr un aroma intenso.

¿Cuál deberías usar?

La elección entre aceites esenciales y esencias aromáticas depende del tipo de proyecto que estés realizando. Si estás elaborando productos que requieren propiedades terapéuticas o cosméticas, como cremas, jabones o aceites para masajes, los aceites esenciales son la mejor opción. Además de aportar aroma, también añadirán beneficios para la piel y el bienestar general. Por ejemplo, si quieres un jabón con propiedades relajantes, el aceite esencial de lavanda sería ideal, ya que no solo perfumará, sino que también ayudará a calmar la piel y los sentidos.

Si, por el contrario, tu objetivo principal es obtener un aroma específico o recrear una fragancia compleja, las esencias aromáticas son una excelente opción. Son perfectas para velas, perfumes o productos donde lo más importante es el aroma. También son ideales si buscas fragancias que no existen en aceites esenciales, como mezclas frutales o gourmand.

En resumen, los aceites esenciales son una opción más natural y versátil si buscas algo más que aroma, mientras que las esencias aromáticas ofrecen una mayor variedad de fragancias y son más accesibles si tu único objetivo es perfumar.

Principales diferencias entre aceite esencial y esencia aromática

Ahora que ya conoces qué es cada producto y para qué se usan, veamos las principales diferencias entre aceite esencial y esencia aromática:

  • El origen: los aceites esenciales son naturales, mientras que las esencias aromáticas mezclan ingredientes de origen natural y sintético. En su fabricación se usan sintéticos seguros, es decir son aptos para usar en cosmética y no resultan perjudiciales. Se desarrollan en laboratorios especializados y cumplen con los requisitos cosméticos.
  • Las propiedades: los aceites esenciales sí que contienen principios activos y por lo tanto aportan propiedades. Sin embargo, las esencias aromáticas no tienen ningún beneficio.
  • El precio: mientras que los aceites esenciales tienen un precio elevado por lo difícil que es conseguirlos, las esencias aromáticas son mucho más asequibles.
  • La variedad: encontrarás decenas y decenas de esencias aromáticas, sin embargo la gama de aceites esenciales es mucho más limitada.

¡En la práctica!

Si quieres preparar un ambientador con aroma a gominola o mojito nunca sería posible hacerlo con aceites esenciales pero sí con esencias aromáticas.

¿Y si quieres fabricar un jabón de lavanda? Si solo buscas que huela a lavanda, entonces la mejor opción es usar la esencia aromática. Ahora bien si lo que pretendes es disfrutar de sus propiedades, entonces debes apostar por el aceite esencial.  Lo mismo ocurría en el caso de una vela.

Esperamos que os hayan quedado claras las diferencias entre aceite esencial y esencia aromática. Si tienes cualquier consulta puedes hacérnosla llegar a través del apartado de comentarios, enviando un correo electrónico a soporte@granvelada.com o llamando al teléfono 976867474.

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